Continuo habitable

Continuo habitable de Jesús Moreno: el espacio como máquina dionisíaca

Carmen Hernández, 2010

La exposición Continuo habitable del joven artista venezolano Jesús Moreno permite experimentar los gestos de una sensibilidad contemporánea nómada, más determinada por una cultura relacional en la cual la distancia entre los sujetos se torna cada vez más virtual y paradojal. Desde el punto de vista estético tal vez enfrentamos un “retorno de lo real” que redimensiona la propuesta de Hal Foster sobre el artista como etnógrafo, pues en este caso se omite cualquier tipo de documentalismo para crear metáforas sobre la subjetividad contemporánea, a través de una recreación híbrida de la tradición del constructivismo. Aquí la preocupación por el espacio va más allá de lo estrictamente fenomenológico y se contextualiza en la experiencia urbana, como espacio vivido o lugar habitable de manera integral, pues esta serie de metáforas constructivas redimensionan el cubo y la cuadrícula modernos para contaminarlos de diversos elementos alusivos a las redes comunicacionales. Se observa una materialidad real y simbólica sobre la interconectividad derivada de la figura virtual de la red comunicacional. Se debe recordar que Simón Marchán Fiz ha advertido que “la virtualidad en general instaura mundos posibles”, porque es entendida como la potencia que causa un efecto y por ello, las fronteras con el campo representacional de lo real orientado hacia lo social, resultan difusas. Para Jesús Moreno, el espacio es construido desde una cartografía sonora, que se puede asumir como una cartografía virtual que produce sentido de realidad. La intromisión del universo sonoro se observa en los materiales empleados como por intersticios que apuntan a ritmos temporales. Además, se teje la cinta de audio, ya anacrónica, para insertar elementos que aluden a lo orgánico, transformando así lo tecnológico en un acto poético y lúdico, como la “máquina dionisíaca” descrita por Gilles Deleuze con relación a la simulación como instauradora de las distribuciones nómadas y de las anarquías coronadas. Los diferentes personajes dibujados, sobre todo femeninos, insertan el sentido del hábitat y aunque la escala es bastante reducida, se percibe una organicidad en el conjunto. Sin embargo, cada recinto puede ser apreciado de manera individual –como entidad autónoma o retrato- en forma circular y a la vez de manera continua. En Continuo habitable el artista revela esa nueva noción expandida de espacio que está construyendo para sí el sujeto urbano en la contemporaneidad, en constante conexión con el mundo externo a través de extensiones comunicacionales interactivas. Con esta propuesta, Moreno se aproxima a la visión de Henri Lefebvre, quien abogaba por la superación del espacio atomizado promovida por la modernidad (el espacio lógico-epistemológico, el espacio de las prácticas sociales, el espacio de los fenómenos sensoriales, incluyendo los productos de la imaginación como proyectos, proyecciones, símbolos y utopías). Para este filósofo francés, el rol del espacio es activo: “como conocimiento y acción, en el existente modo de producción”. Cada cultura produce su propia representación del espacio, lo cual implica procesos de significación. Las prácticas teóricas y sociales en la contemporaneidad producen también un cierto tipo de espacio asociado a la interconectabilidad. Tal vez podría definirse como un ciberespacio que pone en entredicho lo de adentro y lo de afuera, la identidad y la alteridad… Con las bondades de interacción social que facilita la tecnología, tal vez enfrentamos una nueva ritualidad, más orgánica y lúdica, más gestual y tribal, más dionisíaca.

Lo tangible, lo intangible y la continuidad del espacio

Centro de estudios latinoamericanos "Rómulo Gallegos" CELARG, Caracas, Venezuela.

2010